El objetivo que pretende la Sociedad Española de Estrabología y Oftalmología Pediátrica al respecto de esta sección de nuestra nueva página web, es poner a disposición de los visitantes, especialmente no oftalmólogos, contenidos que les permitan una mejor comprensión de los problemas relacionados con la Estrabología y la Oftalmología Pediátrica, intentando hacerlo de una manera sencilla y asequible.
Así mismo pretendemos que pueda servir como nexo de contacto entre el publico general y nuestra Sociedad que nos permita conocer las dudas que pueda generar nuestra especialidad sobre el tratamiento y manejo de las distintas patologías o dar respuesta a las preguntas más frecuentes que surgen tanto a pacientes como a padres de los niños que atendemos con relación a las patologías más usuales que presentan.
Los contenidos que presentaremos serán seleccionados, revisados y adecuados por la Sociedad Española de Oftalmología para que las personas que accedan a ellos puedan aprovecharlos de la mejor forma posible incluyendo esquemas didácticos, imágenes , videos de problemas concretos o de resultados tras el tratamiento adecuado ya sea médico o quirúrgico.
En resumen, pretendemos acercar todos estos contenidos al gran publico para dar a conocer nuestra especialidad de una manera divulgativa y práctica al mismo tiempo, sin perder en ningún momento el rigor científico que siempre es necesario.
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Obstrucción congénita del conducto lacrimonasal (OCLN):
Es la forma más frecuente de patología congénita de la vía lagrimal, siendo la incidencia aceptada en el mundo occidental de un 6% de todos los recién nacidos. Habitualmente es unilateral, aunque puede ser bilateral (en 1/3 de los casos).
En la mayoría de los casos, la OCLN se debe a una obstrucción membranosa en el extremo distal del conducto lacrimonasal por canalización incompleta en el momento del nacimiento.
La OCLN es la causa más frecuente de epífora o lagrimeo en el primer año de vida. Los síntomas pueden estar presentes en el nacimiento, aunque habitualmente se manifiestan a las 2-6 semanas, cuando madura la producción lagrimal. Si la obstrucción no se resuelve espontáneamente, la sintomatología aumenta durante los primeros meses de vida, al aumentar la producción de lágrima.
Los niños afectados presentan: Exceso de lágrima entre el borde palpebral y la superficie ocular (“ojo encharcado”), epífora (rebosamiento de la lágrima por las pestañas, los párpados y la mejilla), reflujo de material mucoide por el punto lagrimal a la expresión del saco lagrimal (causante de que los párpados y las pestañas estén pegados al despertar) y dermatitis secundaria (debida al contacto constante con la lágrima). Las condiciones que aumentan la congestión nasal, como son las enfermedades respiratorias altas, pueden exacerbar la sintomatología. Así mismo, la exposición al aire, el viento, el frío o el sol.
Pueden aparecer complicaciones secundarias: Conjuntivitis (enrojecimiento ocular y secreción mucopurulenta -“legañas”-), dacriocistitis aguda (dolor, tumefacción, rubor y calor en el área del canto interno) y celutitis preseptal.
Será el oftalmólogo pediátrico quien confirme el diagnóstico basándose especialmente en la historia clínica, síntomas y signos descritos y sencillas pruebas clínicas. Es importante la exploración ocular para hacer el diagnóstico diferencial con otras patologías menos frecuentes causantes de lagrimeo en los recién nacidos, especialmente para descartar un glaucoma congénito que, aunque es poco frecuente, es grave y requiere un diagnóstico y tratamiento precoces. Cualquier otro síntoma, como fotofobia, blefaroespasmo, enrojecimiento ocular importante, …, nos hará pensar en otro diagnóstico.
El 90% de los casos son banales y se resuelven con tratamiento conservador antes de los primeros 6-12 meses de vida, por lo que inicialmente se aconseja: Observación, masaje del saco lagrimal e higiene correcta y frecuente de la zona (para evitar posibles sobreinfecciones).
Se debe demostrar a los padres la técnica del masaje para que éste sea eficaz: El dedo índice ejerce presión sobre la zona del canalículo común para evitar la regurgitación de material por los puntos lagrimales y se desplaza hacia abajo con firmeza sobre el plano óseo para incrementar la presión hidrostática dentro del saco y el conducto lagrimal y así intentar romper la obstrucción membranosa. Se realizará durante unos 10-20 segundos, 4-5 veces al día. También ayuda a vaciar el saco de lágrimas estancadas, caldo de cultivo para infecciones.
Si existe secreción mucopurulenta abundante se prescribirán antibióticos tópicos. La antibioterapia sistémica se reserva para casos asociados a dacriocistitis aguda y/o celulitis preseptal.
La duración del tratamiento conservador y el momento más adecuado para realizar un sondaje de la vía lacrimonasal (en caso de que persista la epífora) depende de varios factores, especialmente de la gravedad del caso y del criterio de cada oftalmólogo.
El sondaje tiene una alta tasa de éxito (más del 90%). Se realiza dilatando previamente el punto lagrimal y pasando cuidadosamente una sonda metálica lisa (como un alambre recto delgado de punta roma) a través del sistema de drenaje lagrimal hasta notar una suave resistencia al punzar la obstrucción membranosa del conducto lagrimal.
Si éste fracasa, pueden ser necesarios procedimientos quirúrgicos adicionales: Intubación canalicular con tubo de silicona, dacrioplastia (dilatación del conducto lacrimonasal con un catéter provisto de un balón), fractura del cornete inferior o dacriocistorrinostomía (como última opción).
PARPADOS:
Ptosis:
Es la caída del párpado superior cuando los ojos están abiertos, por incapacidad para elevarlo. Cursa con disminución de la hendidura palpebral.
Puede afectar a uno o ambos párpados superiores (unilateral o bilateral), de forma simétrica o asimétrica y ser constante o intermitente.
Es congénita cuando está presente desde el nacimiento y adquirida si aparece más tarde. La causa más común de ptosis congénita es un desarrollo insuficiente del músculo elevador del párpado superior. La ptosis adquirida o secundaria puede deberse a muchas causas: Enfermedades neurológicas que afectan a los nervios y/o músculos de los ojos (miastenia gravis, síndrome de Horner, parálisis del III par, …) o a masas a nivel de los párpados superiores.
Como consecuencia de la ptosis en la infancia pueden aparecer los siguientes factores de riesgo para el desarrollo de ambliopía: Astigmatismo o error refractivo (por la posición de reposo anormal del párpado sobre la cornea) y deprivación del estímulo visual (si el párpado cubre el eje visual). También, un tortícolis mentón elevado (para poder ver por debajo de los párpados caídos). Un mecanismo compensador muy común para ayudar a elevar el párpado es la contracción del músculo frontal. Cuando se asocia a un trastorno de la motilidad ocular puede existir diplopia.
El oftalmólogo pediátrico investigará el tiempo de aparición, la variabilidad y la presencia o ausencia de diplopia para determinar su causa. También realizará un examen oftalmológico completo con especial atención a la posición de los párpados y de la cabeza, agudeza visual y refracción. Si existe un astigmatismo suficiente para causar ambliopía, prescribirá gafas; y si existe ambliopía, instaurará el tratamiento. La cirugía temprana para la corrección de la ptosis generalmente está indicada cuando el párpado superior cubre el eje visual (al impedir el desarrollo visual) o existe un importante tortícolis mentón elevado (ya que puede originar problemas en el cuello y/o retraso de las habilidades de desarrollo).
Parpadeo excesivo en los niños:
El parpadeo es un reflejo normal protector de los ojos. Su frecuencia en los recién nacidos es sólo de 2 veces por minuto y aumenta hasta 15 veces por minuto en la adolescencia, manteniéndose el resto de la vida. Normalmente aumenta como respuesta al dolor, la luz intensa, los cambios de temperatura y humedad, la conversación, …
Existe un parpadeo excesivo cuando su frecuencia es mayor de lo habitual (con igual o mayor intensidad). Puede estar causado por alteraciones en los párpados o polo anterior ocular (conjuntivitis, erosión corneal, cuerpo extraño, …), errores refractivos, exotropias intermitentes o tics.
Un tic es un movimiento convulsivo, involuntario y sin causa aparente de uno o más grupos musculares. Puede estar causado por el estrés, el cansancio o el aburrimiento. Puede afectar a uno o ambos ojos al mismo tiempo (generalmente a ambos) y asociarse con otros movimientos de cara, cabeza o cuello. Es más frecuente en niños que en niñas, con una edad media de 6 años en el momento de su aparición. Desaparecen sin tratamiento, recurriendo con frecuencia de forma intermitente.
Será el oftalmólogo pediátrico quien diagnostique la causa del exceso de parpadeo y prescriba el tratamiento adecuado.
Blefaritis:
Es una inflamación de los párpados, que en los niños suele deberse a infección estafilocócica. Presentan escamas o costras en las pestañas y su base, así como enrojecimiento palpebral y ocular y molestias oculares. No suele afectar a la visión, salvo que esté involucrada la córnea. Su tratamiento consiste en la pauta de higiene palpebral: Aplicación de calor local y limpieza y eliminación de las escamas y costras (existen toallitas comercializadas para tal fin). En algunos casos el oftalmólogo pediátrico deberá prescribir tratamiento antibiótico y/o antiinflamatorio tópico.
Orzuelo:
Es la inflamación aguda y circunscrita del párpado por la infección de una o más glándulas sebáceas del borde libre palpebral.
Chalacion:
Es una protuberancia en el párpado producida por el taponamiento de una glándula sebácea del borde libre palpebral, con acumulación del contenido graso en su interior. Si se rompe la glándula, el párpado se enrojece y se inflama y el paciente presenta dolor. La inflamación crónica de los orificios de las glándulas sebáceas (blefaritis) predispone a su desarrollo y a su recurrencia.
Con frecuencia se resuelven espontáneamente en varios días o semanas, pero a veces puede tardar meses en hacerlo por completo. El calor local puede estimular el drenaje de la glándula taponada. En ocasiones se precisa la aplicación de antiinflamatorios tópicos o intralesionales, antibióticos tópicos u orales, e incluso drenaje quirúrgico. La pauta de higiene palpebral diaria puede reducir las posibilidades de aparición de nuevas lesiones.
Diplopía:
Visión doble. El paciente puede referir este síntoma al mirar con uno o con los dos ojos. En el primero de los casos, la causa puede ser alguna alteración en lo que llamamos “los medios refringentes” del ojo, es decir, aquellas estructuras transparentes que atraviesa la luz hasta llegar al fondo del ojo o retina.
En el segundo se debe a una descoordinación del sistema que permite los movimientos conjugados de los dos ojos. La aparición de este fenómeno de manera espontánea debe ser valorada de forma urgente por el especialista.
Endoforia / esoforia:
Pérdida del paralelismo ocular constituyendo un ángulo convergente, el cual a diferencia de la endotropia no es constante, manteniéndose latente debido al factor de la visión binocular.Se engloba dentro del grupo de estrabismos, y requiere una completa valoración oftalmológica incluyendo refracción ciclopléjica, y su tratamiento pasa por ayudas ópticas, ejercicios visuales, o incluso procedimientos quirúrgicos según cada caso en particular.
Endotropía / esotropia:
Es aquella situación en la que los ojos no se encuentran alineados, desviándose uno o ambos hacia adentro (hacia la nariz).
Estrabismo:
Desviación del paralelismo ocular. Dependiendo del sentido de la desviación recibirá distintas denominaciones (endotropia, exotropia, hipoptropia, hipertropia, exciclotropia, incicloptropia), así como si dicha desviación es constante (tropia) u ocasional (foria).
Exciclotropia:
Desviación de los ojos en sentido torsional hacia la nariz o en el sentido de las agujas del reloj en el ojo derecho y contrario a las agujas del reloj en el ojo izquierdo (desde el punto de vista del paciente). Normalmente la exciclotropia de un ojo va acompañada de la inciclotropia del otro y vicecersa, lo cual puede condicionar un tortícolis para compensar la desviación ocular.
Exoforia:
Pérdida del paralelismo ocular constituyendo un ángulo divergente, el cual a diferencia de la exotropia no es constante, manteniéndose latente debido al factor de la visión binocular.Se engloba dentro del grupo de estrabismos, y requiere una completa valoración oftalmológica incluyendo refracción ciclopléjica, y su tratamiento pasa por ayudas ópticas, ejercicios visuales, o incluso procedimientos quirúrgicos según cada caso en particular.
Exotropia:
Pérdida del paralelismo ocular en que el ojo no fijador se desvía hacia fuera (hacia la oreja). Es un tipo de estrabismo en el cual aparece una divergencia de la mirada, es decir mientras el ojo fijador mira recto al frente, el otro ojo se encuentra desviado hacia fuera, en divergencia. Su tratamiento requiere una completa valoración oftalmológica, atendiendo inicialmente al defecto refractivo en caso de que exista, así como a la prevención y tratamiento de la posible ambliopía o pérdida de visión existente y posteriormente en algunos casos puede requerir el tratamiento quirúrgico de dicho estrabismo.
Foria:
Pérdida del paralelismo ocular de forma ocasional que restituye con mayor o menor facilidad de acuerdo a su grado de estabilidad. Cuando la desviación se hace constante, constituye una tropia.
Hipertropía:
Pérdida del paralelismo ocular en que el ojo no fijador se desvía hacia arriba. Se engloba dentro del grupo de los estrabismos. Su tratamiento requiere una completa valoración oftalmológica incluyendo valoración refractiva bajo cicloplejía, así como descartar cualquier proceso etiológico responsable de la misma. Puede requerir en algunos casos de intervención quirúrgica para recuperar el alineamiento o subsanar el problema estético.
Hipotropía:
Pérdida del paralelismo ocular en que el ojo no fijador se desvía hacia abajo. Se engloba dentro del grupo de los estrabismos. Su tratamiento requiere una completa valoración oftalmológica incluyendo valoración refractiva bajo cicloplejía, así como descartar cualquier proceso etiológico responsable de la misma. Puede requerir en algunos casos de intervención quirúrgica para recuperar el alineamiento o subsanar el problema estético.
Inciclotropia:
Desviación de los ojos en sentido torsional hacia la nariz o contrario a las agujas del reloj en el ojo derecho y en el sentido de las agujas del reloj en el ojo izquierdo (desde el punto de vista del paciente). Normalmente la inciclotropia de un ojo va acompañada de la exciclotropia del otro y vicecersa, lo cual puede condicionar un tortícolis para compensar la desviación ocular.
Nistagmus:
Movimiento oscilatorio involuntario de los ojos en uno o más ejes, que generalmente afecta a ambos ojos por igual. Cuando dicho movimiento disminuye en alguna posición determinada, puede condicionar un tortícolis.
Oftalmoplejía:
Se define con este término la parálisis total o parcial de los músculos oculares, limitando total o parcialmente el movimiento de los globos oculares.
Parálisis:
Pérdida total del funcionalismo de uno o varios músculos oculares. Su causa puede ser muy variada: vascular, neurológica, tumoral, traumática, etc…. Cuando esta pérdida es parcial, se constituye lo que denominamos paresia.
Paresia:
Pérdida parcial del funcionalismo de uno o varios músculos oculares. Su causa puede ser muy variada: vascular, neurológica, tumoral, traumática, etc…. Cuando esta pérdida es total, se constituye lo que denominamos parálisis.
Tortícolis:
Desviación de la cabeza en alguno de los tres ejes del espacio (vertical, horizontal o torsional). Con dicha posición de la cabeza se intentan en ocasiones compensar problemas oculares del tipo de parálisis o nistagmus, adoptando la posición donde se obtiene una mejor calidad visual, evitando la visión doble o la oscilopsia.
Tropia:
Pérdida del paralelismo ocular de forma constante y mantenida. Cuando dicha pérdida es ocasional o ante fenómenos disociativos y se restituye, constituye lo que llamamos foria.
Videooculografía / videonistagmografía:
Moderna técnica de registro de los movimientos oculares en los tres ejes del espacio mediante cámaras de video que detectan y analizan dichos movimientos y sus componentes.
Los defectos ópticos son la causa más frecuente de mala visión en el niño. Se producen cuando el ojo no es capaz de enfocar los rayos de luz en la retina.
Hay tres tipos de defectos ópticos:
• HIPERMETROPIA
• MIOPIA
• ASTIGMATISMO
HIPERMETROPIA
En la hipermetropía la imagen del objeto que se mira queda enfocada por detrás de la retina. Esto ocurre por dos motivos fundamentales:
la longuitud del ojo es menor de lo normalel poder óptico de la córnea y cristalino es menor de lo normal
La imagen se ve mal porque está desenfocada
En las hipermetropías bajas o medias , el niño puede hacer un esfuerzo de acomodación para aumentar el poder óptico del cristalino y hacer posible su enfoque en la retina con lo que mejora la visión ( el niño ve bien ). Este esfuerzo prolongado puede provocar un ” cansancio ocular “, aún mayor cuando mira de cerca, ya que al esfuerzo de acomodación de su hipermetropía hay que añadir el normal para la visión de cerca. Este cansancio visual puede provocar dolores de cabeza, desinterés por la lectura ( le requiere mayor esfuerzo ), irritación y molestias difusas en los ojos.. En ocasiones esta hipermetropía puede provocar un estrabismo convergente ( desviación de los ojos hacia dentro )
Corrección
La hipermetropía se corrige mediante unas lentes convergentes que compensan el déficit , permitiendo el enfoque de los rayos de luz sobre la retina.
MIOPIA
En la miopía la imagen del objeto se enfoca por delante de la retina, bien sea porque el ojo es más grande de lo normal o por un excesivo poder dióptrico de la cornea y cristalino.
El niño tiene déficit visual por pequeña que sea la miopía ,en especial en la visión de lejos.
Prácticamente siempre , la miopía aumenta ya que el tamaño del globo ocular crece con el crecimiento del niño.
La miopía se corrige con cristales divergentes que deben usarse siempre. No está indicado retirar las gafas del niño miope cuando realiza actividades de cerca.
En niños mayores pueden usarse lentes de contacto ( diarias o mensuales ) sobretodo en actividades físicas.
ASTIGMATISMO
En el astigmatismo la imagen del objeto que se mira queda desenfocada a nivel de la retina porque las estructuras ópticas del ojo ( córnea , cristalino ) , no tienen la misma capacidad de convergencia de los rayos de luz en todos sus ejes.
En el astigmatismo puro un eje enfoca sobre la retina y otro por delante ( astigmatismo miópico ) , o por detrás ( astigmatismo hipermetrópico ). En el astigmatismo mixto un eje enfoca por delante de la retina y otro por detrás. Si se asocia a miopía los dos ejes enfocarán por delante de la retina ( a diferente distancia )y si se asocia a hipermetropía los deos ejes enfocarán por detrás ( a diferente distancia ).
El astigmatismo puede variar hasta los 3 años siendo poco frecuente a partir de esta edad , excepto si hay patología a nivel de la córnea ( queratocono ).
Este defecto refractivo se corrige con lentes cilíndricas que permiten que la imagen quede enfocada en todos los ejes.
La corrección de los defectos ópticos en los niños debe realizarse lo más pronto posible para evitar el desarrollo de la ambliopía ( ojo vago ) y conseguir una buena agudeza visual que es básica para el correcto desarrollo psicomotor en la infancia. Por ello , son muy importantes las revisiones escolares y pediátricas para detectar estos defectos y poder derivar al oftalmólogo para su correcto diagnóstico y tratamiento.
PARA EL DIAGNOSTICO CORRECTO DE LOS DEFECTOS REFRACTIVOS EN NIÑOS DEBE USARSE SIEMPRE LOS COLIRIOS CICLOPLEJICOS ( dilatadores de la pupila ).
El uso de estas gotas nos ayudan a explorar el fondo de ojo y poder detectar patologías que podrían pasar desapercibidas sin su uso.
La ambliopia se denomina también “ojo vago“. Es una disminución de la visión sin lesión ocular visible. Es importante destacar que si se diagnostica antes de los 4 años tiene tratamiento efectivo.
Un 4% de los niños en edad escolar tienen ambliopía. Las causas más frecuentes son los defectos de gafas ( sobretodo unilaterales ) y los estrabismos.
DESARROLLO DE LA VISION EN LOS NIÑOS
La visión en los niños recien nacidos es baja , pero experimenta un activo proceso de desarrollo en los primeros años de vida hasta los 4-5 años. A partir de esta edad el aumento es má progresivo , hasta los 7-8 años en que la visión es de 10 / 10.
Toda patología que altere este desarrollo puede provocar un detención o incluso un retroceso en este desarrollo visual. Es por ello que son imprescindibles las revisiones pediatricas o oftalmologicas para detectar estas patologías y poder tratarlas correctamente y sobretodo durante este periodo de desarrollo visual.
Para que la visión en el niño se desarrolle correctamente es necesario que no se presente ningún defecto que impida que la imagen llegue nitida a la retina de cada ojo y de allí se transmita correctamente al cerebro.
CAUSAS DEL OJO VAGO O AMBLIOPIA
Estrabismo:
El niño con estrabismo anula la imagen del ojo desviado para no ver doble.
Defectos opticos:
Si un ojo presenta un defecto refractivo mas elevado que el otro ojo provoca que la imagen del ojo con mayor defecto sea borrosa y se anule a nivel cerebral.
Patologías del ojo:
Algunas patologías como cataratas congénitas, ptosis o hemangiomas provocan una falta de estimulo visual muy grave dando lugar a una ambliopía severa.
Estas patologías provocarán ambliopía si se presentan antes de la finalización del periodo de desarrollo visual ( antes de los 6-7 años ). Si aparecen más tarde como la visión ya está desarrollada no aparecerá el ojo vago. Por ejemplo , la miopía que aparece en la edad escolar ( a partir de los 10 años ) provoca un déficit visual pero si se corrige el defecto óptico poniendo las gafas , ve bien.
TRATAMIENTO DE LA AMBLIOPIA
Una vez corregido el defecto que impedía la llegada del estimulo visual correcto a la retina (ya sea poniendo las gafs ,operando la catarata etc…) debemos conseguir que el ojo ambliope , trabaje . El mejor método es impedir la visión en el ojo bueno y asi tendrá que utilizar solo el ojo con peor visión. El sistema más efectivo es la OCLUSION DEL OJO BUENO mediante parches oclusivos . El tiempo de oclusión dependerá de la gravedad de cada caso y de la edad de inicio de la oclusión . Así cuando se diagnostica el ojo vago en niños mayores de 4 años necesitarán más tiempo de oclusión. Hay otros métodos que son menos molestos pero menos efectivos como el uso de filtros sobre el cristal o el uso de gotas dilatadoras.
Los niños con frecuencia protestan por la oclusión, pero los padres deben ser capaces de convencer a los hijos de hacer este tratamiento ya que es beneficioso par ellos . La visión que se consigue a los 7 años es la que tendremos durante toda la vida.
Para prevenir la ambliopía son muy importantes las revisiones periódicas de los niños aunque ni este ni los padre ni el colegio hayan detectado o notado ninguna dificultad visual. Se pueden explorar los niños a cualquier edad aunque no colabore en decir letras, dibujos o números. Nunca es demasiado pronto para la exploración oftalmológica del niño, pero A VECES PUEDE SER DEMASIADO TARDE. La Academia Americana de Pediatría recomienda una exploración oftalmológica básica a los 6 meses.
La curación de ambliopía tiene mas posibilidades de éxito y el tratamiento será más corto a los 3 años que a los 7 años. La curación será prácticamente imposible a los 10 años.
Definición de Términos Oftalmológicos A-Z
Afaquia
es la ausencia de cristalino en el ojo. Puede ser congénita o consecutiva a una intervencion de cristalino, el ojo pierde gran capacidad de visión en esta situación.
Albinismo
Es la falta congénita de pigmento(melanina) que da a la piel y los cabellos su coloración. Se transmite hereditariamente y cursa con una gran debilidad visual por la perdida del pigmento en una de las capas de la retina.
Ametropía
Es el conjunto de las alteraciones dióptricas del ojo que impiden que la imagen que recibimos enfoque directamente en la retina para ser vista con claridad.
Angiografía
fotografía de un conjunto de vasos con o sin la utilización de un contraste. En oftalmología es utilizada esta prueba para estudiar los vasos de la retina y coroides.
Aniridia
Es una enfermedad congénita y hereditaria. Aunque la palabra “aniridia” significa literalmente “falta del iris del ojo”, en realidad, es un trastorno ocular en el que están involucradas varias partes del ojo. Generalmente es bilateral (en ambos ojos), e incompleta, pues en la mayoría de los casos existe un iris incipiente que no ha llegado a desarrollarse.
El iris es el anillo coloreado del ojo que rodea a la pupila negra. Es una membrana contráctil situada detrás de la córnea y delante del cristalino, que se contrae o dilata, se abre o se cierra, dependiendo de la intensidad de luz que existe en el ambiente. Su función consiste en regular la cantidad de luz que debe entrar al globo ocular y llegar a la retina.
La apariencia externa del ojo anirídico es de una gran pupila central negra y en muchos casos una pequeña franja coloreada.
Más información en la web de la Asociación Española de Afectados de Aniridia
Anisometropía
diferencia en el poder de refracción de ambos ojos. Por ejemplo uno es miope y el otro hipermétrope.
Astenopía
fatiga debida al esfuerzo de acomodación del ojo, que se manifiesta sobre todo durante la lectura.
Atrofia óptica
disminución del volumen y fibras nerviosas del nervio óptico que puede ser causada por múltiples enfermedades y que puede conducir a la ceguera.
Blefaritis
Coloboma
Ausencia de una porción de tejido del iris coroides o retina, por lo general de causa congénita y bilateral.
Coriorretinitis
Inflamación simultánea de dos de las capas que constituyen el ojo: la intermedia o coroides y la más interna o retina.
Se trata de un proceso que puede ser causado por agentes infecciosos (bacterias, virus o parásitos) o bien desencadenado por mecanismos inmunológicos. En este último caso, el sistema inmunitario del individuo (encargado de la defensa del organismo en condiciones normales) ataca a tejidos del propio sujeto.
Los síntomas que produce la Coriorretinitis dependen de la localización de las lesiones. Así, si las zonas afectadas son las más centrales, aparecerá una pérdida de visión, deformación en las imágenes o aparición de manchas en la zona central del campo visual. En cambio, si son lesionadas áreas de la retina o la coroides más periféricas y limitadas, la enfermedad puede resultar inadvertida para el paciente.
Coroiditis
Inflamación de la capa intermedia del ojo o coroides. Esta capa está formada entre otros elementos por un entramado de arterias y venas muy denso. La es un proceso que puede ser causado por agentes infecciosos (bacterias, virus o parásitos) o bien desencadenado por mecanismos inmunológicos.
Los síntomas que produce dependen de la localización de las lesiones. Así, si las zonas afectadas son las más centrales, aparecerá una pérdida de visión, deformación en las imágenes o aparición de manchas en la zona central del campo visual. En cambio, si son lesionadas áreas de la retina o la coroides más periféricas y limitadas, la enfermedad puede resultar inadvertida para el paciente.
El tratamiento dependerá fundamentalmente del agente causal: si es un proceso infeccioso serán usados antibióticos, antivirales o antiparasitarios. En los desencadenados por mecanismo inmune el tratamiento se basará en la utilización de antiinflamatorios y supresores de la inmunidad.
Cicatriz Macular
consiste en la aparición de un tejido cicatricial y, por tanto, no sensible a la luz en el área macular, área central de la retina donde se localiza la mayor concentración de células y, por tanto, el punto de mayor sensibilidad y agudeza visual.
Desprendimiento de Retina
Consiste en la separación de la retina de las capas que la sustentan, lo que provoca una grave alteración de la agudeza visual. La retina es la capa más interna del ojo, cuya función consiste en traducir las señales luminosas en impulsos nerviosos que se transmiten al cerebro para su traducción en imágenes.
Desprendimiento de Vítreo
Es un hecho que ocurre con el envejecimiento y en personas con alta miopía. Consiste en la separación de la gelatina que rellena el interior del globo ocular de la retina, a la cual se encontraba adherida.
La retina es la capa más interna del ojo, cuya función consiste en traducir las señales luminosas en impulsos nerviosos que se transmiten al cerebro para su traducción en imágenes.
Ocasiona la aparición de visiones de sombras, humo de cigarrillo, niebla, moscas volantes, etc.. y no constituye en sí un hecho de gravedad. Sin embargo, el paciente debe realizarse un estudio de la retina periférica ya que, en ocasiones, al producirse la separación del vítreo de la retina, esta gelatina rompe la misma, creando una grave situación que puede provocar un desprendimiento de retina.
Distriquiasis
Dacriocistitis
Se trata de una inflamación del saco lagrimal, un reservorio situado bajo la piel entre la zona más interna de la comisura de los párpados y el hueso que forma la pared externa de la nariz a ese nivel.
Este término se usa en tres situaciones bien diferentes:
inflamación brusca y dolorosa de esta estructura, con enrojecimiento y tumefacción de la piel que la rodea. Debe ser tratada con antibióticos, antiinflamatorios y si es preciso con drenaje quirúrgico.
Dacriocistitis aguda
Habitualmente este concepto no incluye una inflamación en sentido estricto, sino que se refiere a la obstrucción permanente del conducto que une el ojo con la nariz para permitir el drenaje de la lágrima (el conducto lacrimonasal). Causa desbordamiento de la lágrima y acumulo de secreciones en el saco lagrimal que se hacen visibles en la conjuntiva espontáneamente o a la presión del mismo. Su único tratamiento es quirúrgico.
Dacriocistitis crónica
obstrucción del conducto lacrimonasal en el momento del nacimiento. Se produce por una falta de desarrollo del mismo y sus manifestaciones son igualmente el derramamiento constante de la lágrima y la presencia de secreciones (legañas).
Dacriocistitis congénita
Aunque el tratamiento inicial es expectante (masajes en la zona del saco lagrimal y colirios de antibióticos), puede ser necesaria la realización de un sondaje que consiste en hacer pasar una varilla metálica a lo largo de la vía lagrimal del niño.
Distrofia corneal
Enfermedad que afecta a la córnea, que es la capa externa transparente situada en la zona más anterior del globo ocular.
El rasgo que define a este proceso es su carácter hereditario, lo que lo distingue de las llamadas degeneraciones corneales, que son adquiridas por el paciente sin relación de afectación familiar demostrada.
Pueden implicar a cualquiera de las subcapas de la córnea produciendo mayor o menor pérdida de visión por alteración en la transparencia de la misma. En función de esto último, el tratamiento variará desde la simple observación hasta el trasplante de córnea.
Emetropía
hablamos de emetropía cuando las imágenes del exterior convergen en la retina de forma nítida.
Endoftalmitis
Consiste en la infección de las capas internas del ojo con gran probabilidad de pérdida de la función visual.
Endotropía
Es aquella situación en la que los ojos no se encuentran alineados, desviándose uno o ambos hacia adentro.
Erosión Corneal
Daño que se produce en la córnea como consecuencia, en la mayoría de ocasiones, de un accidente traumático.
La cornea dispone de tres capas fundamentales:
– epitelial (capa externa)- estromal (capa media)- endotelial (capa interna)
El resultado de una erosión corneal afecta progresivamente a todas las capas de la córnea, desde la más externa a la más interna, de forma que a medida que profundizamos en el espesor corneal nos encontramos ante una situación más grave.
Escleritis
Inflamación granulomatosa de la esclerótica. Engloba una gran variedad de enfermedades oculares que van desde episodios inflamatorios autolimitados y sin importancia, hasta procesos necrotizantes con importantes repercusiones visuales como uveítis, cataratas, glaucoma, queratitis, etc. Se clasifican en base al lugar anatómico afectado por la inflamación y a los cambios en la vasculatura escleral, en escleritis anterior (no necrotizante y necrotizante) y escleritis posterior. Su tratamiento en la mayoría de ocasiones requerirá el empleo de medicación antiinflamatoria e incluso inmunosupresores, así como el manejo de las complicaciones resultantes.
Evisceración
Maniobra quirúrgica en la cual se extrae el contenido intraocular, dejando la esclera, nervio óptico, cápsula de Tenon y conjuntiva intactas. La córnea puede mantenerse o extraerse dependiendo de cada caso. Se presenta como una alternativa en algunos casos a la enucleación, en la cual se extrae todo el globo ocular. En la mayoría de ocasiones esta actuación quirúrgica es consecuencia de un traumatismo ocular irreparable o de tumores muy agresivos. Puede requerir en algunos casos la asistencia posterior bajo el punto de vista psicológico para solventar el trauma que puede ocasionar al paciente la pérdida de un ojo, así como la ayuda mediante la implantación de prótesis oculares que colaboran a aminorar el problema estético del paciente.
Ectropión
Alteración en la posición de los párpados en la que el borde de los mismos queda orientado hacia fuera.Diversas circunstancias, desde el envejecimiento hasta las cicatrices o traumatismos en los párpados, pueden originar esta enfermedad que solo puede ser corregida quirúrgicamente.
Entropión
Alteración en la posición de los párpados en la que el borde de los mismos queda invertido, es decir, orientado hacia dentro.
Puede ser causado por diversas circunstancias como el envejecimiento o enfermedades inflamatorias de la conjuntiva, capa que reviste la parte interna de los párpados. El roce continuo de las pestañas con la superficie ocular puede llegar a dañarla seriamente, por lo que el proceso debe ser adecuadamente corregido. Puede ser tratado mediante intervenciones quirúrgicas.
Enucleación
Intervención quirúrgica que consiste en la extirpación de todo el globo ocular. Debe ser diferenciada de la “evisceración” (extracción del contenido del globo respetando su capa más externa o esclera) y de la “exenteración” (extirpación de todos los tejidos que se encuentran contenidos en la órbita, incluido el globo ocular).
Tras este procedimiento, habitualmente reservado para el tratamiento de tumores que no pueden ser tratados de ninguna otra forma, el cirujano podrá colocar una prótesis que permita cierta movilidad a una futura prótesis externa que tenga una apariencia similar al antiguo ojo.
Epiescleritis
Enfermedad inflamatoria que afecta de forma selectiva a una de las cubiertas externas del ojo: la episclera.
Desencadenada por mecanismos inmunológicos, esta afección puede presentar dos formas:
– nodular (similar a un bultito rojo situado en la zona externa del ojo).- difusa, sin elevación visible.
No produce dolor sino alguna molestia y carece de trascendencia. Puede ser tratada con determinados tipos de antiinflamatorios.
Edema Macular
Consiste en el engrosamiento de la retina en su parte central en torno al área macular pudiendo ocasionar un grave trastorno de la visión central. La mácula es el área central de la retina donde se localiza la mayor concentración de células y, por tanto, el punto de mayor sensibilidad y agudeza visual.
Hipertensión ocular ó presión intraocular elevada
Presión intraocular superior o igual a 22 mmHg.
Hemorragia vítrea:
El vítreo es un gel que rellena el contenido del globo ocular situado por detrás del cristalino, entre éste y la retina. Cualquier hemorragia que se transmita a dicho gel vítreo es lo que podemos denominar una hemorragia vítrea. Su principal manifestación es la pérdida de visión de forma repentina. Sus causas pueden ser múltiples: retinopatía diabética, trombosis, desgarros retinianos, traumatismo, etc. Requiere la valoración urgente por parte del oftalmólogo así como su seguimiento y tratamiento en base a su causa.
Herpes simple
Afectación vírica del que los humanos son el único huésped. Es muy frecuente y alrededor del 90 % de la población es seropositiva para los anticuerpos frente al VHS. Se manifiesta generalmente con enrojecimiento ocular unilateral, dolor, fotofobia, lagrimeo, disminución de la visión, o exantema cutáneo (p. ej., palpebral). En algunas ocasiones puede dejar secuelas con importantes repercusiones visuales. Requiere una completa evaluación oftalmológica, así como su tratamiento con medicaciones antivíricas y antibióticas para prevenir las sobreinfecciones.
Hiposfagma
Hemorragia subconjuntival manifestada ante la observación externa como una mancha rojiza de mayor o menor extensión por encima de la superficie escleral No tienen repercusión a nivel visual y son autolimitadas, requiriendo solamente tratamiento sintomático, si bien cuando se manifiestan de forma repetitiva requieren una completa evaluación sistémica para descartar procesos hipertensivos o alteraciones sanguíneas en la coagulación que sean causantes de los mismos.
Iridociclitis
Uveítis anterior que puede manifestarse en su forma aguda por dolor, ojo rojo, fotofobia, disminución moderada de visión, lagrimeo. Puede presentarse con episodios recurrentes de exacerbaciones y remisiones con pocos o ninguno de los síntomas agudos.
Requiere una completa valoración oftalmológica, haciendo especial mención en la búsqueda de factores etiológicos como sífilis, espondilitis anquilosante, enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedad de Behçet, enfermedad de Lyme, artritis reumatoide juvenil, sarcoidosis, etc. Su tratamiento implica medicación antiinflamatoria e incluso inmunosupresores, así como la de la posible etiología de la misma. Requiere seguimiento a corto y largo plazo por la posibilidad de recidivas, así como por las importante repercusiones visuales que puede tener.
Leucoma
Nubécula, opacidad corneal. Con este término se define la existencia de una cicatriz corneal residual blanca tras padecer cualquier afección de la córnea.
Maculopatía
Término general que engloba todas las alteraciones que afectan al área macular, en la cual reside el 90 por ciento de la visión. La mácula es el área central de la retina donde se localiza la mayor concentración de células y, por tanto, el punto de mayor sensibilidad y agudeza visual.
Meibomitis
Blefaritis posterior. Es una inflamación de las glándulas de Meibomio (situadas en los párpados superior e inferior), a menudo bilateral, que en ocasiones se asocia a una infección estafilocócica.
Suele estar asociada a cambios en los lípidos meibomianos, lo que produce un estancamiento y una oclusión o taponamiento de las aberturas de la glándula. La
es un rasgo de inflamación palpebral posterior. En ocasiones suele requerirse el tratamiento mediante antibióticos locales y sistémicos a largo plazo, y se pueden usar esteroides tópicos con precaución para controlar la hipersensibilidad.Meibomitis
Midriasis
Dilatación anormal de la pupila por encima de un diámetro de 4 mm.
Miosis
Pupila anormal con un diámetro menor de 2 mm.
Neuritis óptica
Es una inflamación del nervio óptico en cualquiera de sus porciones. Ocurre mas frecuentemente en menores de 45 años.Es un cuadro clínico caracterizado por una disminución creciente de la agudeza visual (frecuentemente unilateral aunque puede ser bilateral) en horas o días, donde los movimientos de los ojos son dolorosos, existe una alteración pupilar aferente, alteraciones en la visión de los colores y encontramos un escotoma central, paracentral o alteraciones importantes en el campo visual.
Oftalmoplejía
Se define con este término la parálisis total o parcial de los músculos oculares, limitando total o parcialmente el movimiento de los globos oculares.
Orzuelo
Inflamación estafilocócica aguda y circunscrita de las glándulas de Moll, Zeis o Meibomio.
Orzuelo externo
Inflamación aguda y circunscrita del borde libre palpebral por la infección estafilocócica de las glándulas de Moll o de Zeis.
Orzuelo interno
Inflamación aguda y circunscrita del borde libre palpebral por la infección estafilocócica de las glándulas de Meibomio.
Papiloma
Es una tumoración de la conjuntiva de color rosa bastante vascularizada. Si aparece a nivel del limbo (zona de transición entre córnea y conjuntiva) tiene forma sesil y si asienta en la carúncula (canto interno) suele ser pedunculada. Presenta un eje fibrovascular recubierto de epitelio acantósico.
Pinguécula
Es una degeneración subconjuntival benigna, limitada al área de la hendidura palpebral en la conjuntiva bulbar, generalmente nasal, de color amarillento, de aspecto nodular o en forma de banda y habitualmente bilateral. Es estacionaria o progresa lentamente, especialmente a partir de cierta edad, no siendo molesta habitualmente. Si causa problemas estéticos o inflamatorios e irritativos, puede requerir cirugía.
Pterigion
Es una tumoración conjuntival vascular triangular benigna, cuyo vértice se extiende desde al lado nasal hacia la córnea, aunque en ocasiones puede existir en el lado temporal. Se acompaña de cambios en el epitelio (proliferación o adelgazamiento) y degeneración colágena subyacente. Puede permanecer estable o progresar de forma muy lenta hasta llegar al área pupilar, provocando deformaciones corneales y alteraciones visuales (astigmatismo en un principio y disminución de la visión en estadios avanzados si cubre el área pupilar), siendo habitualmente bilateral y relativamente simétrico. Es más común en los climas cálidos y secos, sobre todo en ambientes con mucho polvo, irritantes y trabajos con exposición al sol e irritantes crónicos (Sudamérica, África, Sur de Europa) y tiene un componente hereditario. El tratamiento es quirúrgico y reaparecen con mucha frecuencia tras extirparlos quirúrgicamente.
Ptisis
Estado involutivo atrófico del globo ocular en su totalidad, donde se pierde la presión intraocular y las cubiertas externas del ojo van perdiendo su rigidez conduciendo a la pérdida total de la visión.
Ptosis
Es un descenso o caída de los párpados superiores cuando los ojos están abiertos que cursa con disminución de la hendidura palpebral y desaparición del pliegue palpebral con una incapacidad para elevar el párpado superior debido a una alteración del músculo elevador del párpado superior. Puede ser unilateral o bilateral, constante o intermitente y se clasifican en:
Congénitas El niño nace con el párpado superior caído.
Adquiridas o secundarias a factores neurógenos, a enfermedades como la miastenia gravis, distrofia miotónica, esclerosis múltiple, diabetes mellitus, aneurismas, tumores.
Papiledema
Tumefacción no inflamatoria de la papila óptica (cabeza del nervio óptico) debida a un aumento de la presión intracraneal y la obstrucción del flujo venoso orbitario.
Queratopatía:
Son depósitos de calcio en la córnea tras procesos muy crónicos.
Rubeosis iridis:
Retinitis:
Inflamación de la retina. Término inespecífico que hace referencia a cualquier proceso que condicione una reacción inflamatoria en la estructura retiniana. La retina es la capa más interna del ojo, cuya función consiste en traducir las señales luminosas en impulsos nerviosos que se transmiten al cerebro para su traducción en imágenes.
Retinoblastoma:
Tumor originario en las células retinianas característico en su aparición de niños pequeños (recién nacidos o de corta edad) y de grave evolución. La retina es la capa más interna del ojo, cuya función consiste en traducir las señales luminosas en impulsos nerviosos que se transmiten al cerebro para su traducción en imágenes.
Retinosis Pigmentaria:
Término que hace referencia a una enfermedad hereditaria en la cual se produce una degeneración de los fotorreceptores y del epitelio pigmentario, es decir, de las capas profundas de la retina. La retina es la capa más interna del ojo, cuya función consiste en traducir las señales luminosas en impulsos nerviosos que se transmiten al cerebro para su traducción en imágenes.
No se conoce su causa pero acaba provocando una pérdida importante de visión en base a tres síntomas que observa el paciente:
– Reducción periférica de su campo visual
– Pérdida de la visión en la oscuridad
– Importante deslumbramiento
En el momento actual no existe tratamiento eficaz, aún cuando se están realizando múltiples investigaciones para localizar un tratamiento que pueda solucionar dicho problema.
Triquiasis:
Inversión o dirección errónea de una o más pestañas que provoca un roce sobre la superficie corneal del ojo, lesionando la córnea.
Tracoma:
Es la causa más frecuente de ceguera prevenible, aunque no es propia de nuestro medio sino de zonas pobres con falta de higiene. El Tracoma es una conjuntivitis crónica producida por un microorganismo llamado Chlamydia tracomatis. Las diversas reagudizaciones de la inflamación terminan produciendo una cicatrización de la conjuntiva, ojo seco, mal posición de los párpados y las pestañas, con daño permanente a la córnea y opacidad de ésta que conduce a la ceguera.
En su fase evolutiva afecta a más de 150 millones de personas en todo el mundo. Alrededor de 6 millones de personas están ciegas debido a esta enfermedad (15’5% del total de ciegos en el mundo) y cerca de 46 millones de casos padecen enfermedad activa que necesita de tratamiento.
Su tratamiento consiste en la administración de antibióticos (en la actualidad azitromicina por vía oral) para los brotes agudos o en intervenciones quirúrgicas sobre los párpados o la córnea en los casos de secuelas cicatriciales.
Ulcera corneal:
Es un defecto epitelial que alcanza el estroma corneal que cursa con lagrimeo, fotofobia, blefaroespasmo, dolor, ojo rojo y disminución de la agudeza visual. Sus causas mas frecuentes son traumáticas e infecciosas.
Xantelasma:
Es un depósito lipídico dérmico a nivel de los párpados, de coloración amarillenta, algo elevados frecuentemente y localizados en la zona medial de ambos párpados.